Entrevista MONDO SONORO

Dic.-2006

 

1/ En el documental se dice que llegasteis a Veruela al borde del colapso mental y físico y a juzgar por el disco, es obvio que os recuperasteis pero. ¿Qué os llevó a esa situación?


Enrique Mavilla - Antes de llegar al monasterio llevábamos tres años de numerosas giras por EEUU. Había sido una época muy intensa de aprendizaje, de emociones y de vivir a mucha velocidad. Fue algo increíble, un sueño hecho realidad, algo difícil de explicar en unas pocas líneas, pero que también supuso un desgaste mental y físico bastante importante, como no podía ser de otra manera.
Al final de esta época se produjo la salida del grupo de Alberto y de Paco. Fue una acumulación de circunstancias las que nos llevaron al estado mental que nos hizo fijarnos en Veruela, un paso más en el camino que surgió de una manera natural. Lo necesitábamos y apareció, lo teníamos a solo unos kilómetros de nuestras casas.
Mariano Casanova – Hay que pensar que lo hemos hecho todo solos, desde la nada absoluta; que a EEUU fuimos sin compañía ni management que nos organizara nada; y que el dinero para poner en marcha todo salió empeñándonos hasta las orejas y para muchos años. Muchísima presión, muchísima responsabilidad y mucha tensión. Tanta que de los cinco que empezamos con aquellas giras al final sólo quedamos tres, tal como te cuenta Quique.


2/ No sé si es impresión mía pero, a diferencia de otros muchos discos grabados en directo que simplemente toman el nombre del lugar donde se han celebrado, sin más trascendencia, aquí el lugar, en este caso Veruela, me atrevo a pensar que ha sido como un miembro más del grupo. No sé que opinaréis sobre esto.


E.M - Estoy de acuerdo, el monasterio no solo fue el recinto donde hicimos el concierto. Tuvimos una comunicación total con el lugar desde el primer día que estuvimos, era increíble pasear solo a las dos de la mañana dentro de sus muros y sentirte como en casa.
M.C – El Monasterio cobra tanto protagonismo en este trabajo como nosotros o más, tienes toda la razón. En las imágenes constantemente lo mostramos, el digipack es el monasterio por todos los lados, queríamos que la envoltura final fuera el monasterio, que lo envolviera todo lo mismo que lo hizo con nosotros personalmente cuando estuvimos ahí. Y en el sonido del disco está totalmente presente.


3/ No sé si estaréis de acuerdo pero la selección de canciones para este disco no es la que se podría esperar, o al menos, no resulta nada previsible ¿Cómo fue el proceso de selección de las canciones? ¿Qué criterio utilizasteis para decir esta sí, o esta no?


E.M - El criterio de selección fue totalmente emocional. Queríamos transmitir al público a través de las canciones lo que habíamos sentido durante ese tiempo en que el monasterio fue nuestra casa. Adaptamos las canciones al lugar, construyendo arreglos nuevos inspirados en el entorno. Y tomamos canciones tanto del disco que hicimos previamente encerrados ahí, como de toda nuestra carrera. Estar tres meses viviendo solos en el monasterio es difícil de explicar, pero creo que escuchando el trabajo y viendo las imágenes, tanto del concierto como del documental, se transmite lo que significó y significa para nosotros.
M.C - Fue un trabajo hecho para la ocasión. Muchas de esas canciones no las tocábamos desde hacía muchos años, pero de repente cobraron una dimensión fundamental en el repertorio. Queríamos hacer un disco que expresara algo nuevo que queríamos contar, si no no hubiera tenido sentido hacer un disco, ni se nos hubiera ocurrido hacerlo. Cada canción es como el capítulo de un libro.


4/ En el disco encontramos una gran variedad de estilos, incluso la electrónica tiene cabida dentro de él y muchas canciones aparecen transformadas para la ocasión.¿Cómo se incentiva uno para, tras 25 años de trayectoria, no acomodarse en lo fácil?


M.C
–Componer es una necesidad vital, si no lo hago enfermo. Necesito expresar lo vivido en forma de canciones. Así que necesariamente cada disco cuenta nuevos aprendizajes, nuevas singladuras. Si no fuera así es que nuestra vida se habría convertido en una caricatura. El incentivo por tanto es sencillamente tener muchísimas ganas de aprender, de vivir con intensidad, todos los días, cada mañana. El incentivo en el fondo creo que es la consciencia de lo afortunados que somos por vivir, por estar en este mundo.
E.M – Es muy importante no dejar nunca de sentir lo que sentías cuando empezabas, cuando solo sabías poner dos notas y eras capaz de inventar diez canciones. Hay que intentar dejar a un lado todo lo que has aprendido y empezar siempre desde una hoja en blanco.
Nos seguimos sorprendiendo con nuestro trabajo cada día y eso es lo mejor de todo, es una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida.

5/ En las imágenes del concierto se puede observar a un público entregado pero de un modo contenido, respetuoso, supongo que debido al lugar. ¿Qué se siente ahí arriba, tocando? Porque seguro que tiene que ser completamente diferente a tocar en cualquier otro sitio.


M.C
– No puedo ser tan pretencioso como para explicar qué siente todo el que toca ahí, o ha tocado, o va a tocar algún día por el hecho de ser ese lugar. Pero sí puedo tratar de expresar lo que sentí yo allí ese día concreto, en ese concierto en concreto. Aquello fue lo más parecido a soñar un sueño en el que te reencuentras con un ser querido al que adorabas, y adoras, y que ya dejó de existir en este mundo. Fue una experiencia que allí mismo, sobre el escenario, me hizo retroceder en el tiempo y me recordó viejos e intensos aprendizajes con la mescalina o el peyote. Muy difícil de explicar, pero lo bonito, y lo importante, es que quedó grabado. Y aunque no se puede traducir en palabras lo que había en nuestro sentimiento ahí están las canciones, para llegar a lo más profundo de quien las escuche y las haga suyas. O ese al menos es el intento.


6/ Vuestra biografía es realmente impresionante, sin embargo, os encargáis vosotros de la distribución del disco y de todo “el trabajo sucio”, por así decirlo. ¿Qué pasa, que “la industria musical” está en otros menesteres?


E.M
- Hacemos canciones y cuando creemos llegado el momento las intentamos hacer llegar a la gente en forma de disco. Es lo que siempre hemos hecho y lo que nos gusta hacer con compañía discográfica o sin ella. ”La industria musical” en España está al margen de la música desde hace mucho tiempo y no le importa un bledo el público ni los músicos, solo las cuentas.
Si no tienes una compañía o ni siquiera la buscas, como es nuestro caso, te buscas la vida. No tener compañía o apoyo no puede ser un motivo que te impida hacer música si de verdad es lo que deseas hacer.


7/ Se nota a la legua que éste es un trabajo cuidadísimo, ya no solo por las canciones, sino por la puesta en escena, el formato digipack, el dvd completísimo… ¿ es una forma de recordar a la gente que la música no son sólo archivos de mp3?


E.M
- Las canciones, la portada, los videos, todo forma una idea, todo es parte de un mismo trabajo de creación y para nosotros es muy importante todo lo que rodea a las canciones de un disco. Tanto como músicos, como cuando vas a la tienda a comprar ese disco que estás deseando escuchar al llegar a casa.
Ahora creo que existe un “consumismo” excesivo de música solo por el hecho de ser gratis bajándotela de internet, pero se ha perdido parte de este arte que rodea a las canciones y creo que con ello se pierde una parte importante del mensaje.


8/ A mí este disco me suena a punto y aparte. Es decir, por una parte parece que rendís cuentas con todo lo que habéis sido hasta la fecha, como una especie de reordenación de todo lo que ha sido distrito 14 hasta ahora y, por otra parte, se intuye un paso al frente hacia nuevos lugares. ¿ Adónde el siguiente paso?

E.M - Donde la música nos lleve, este disco es un paso más, un paso muy importante sin duda pero lo próximo ya será algo nuevo, si no Veruela no nos lo perdonaría.
M.C
– Ni la gente que nos sigue desde hace tanto tiempo desde tantos lugares, ni nosotros mismo nos lo perdonaríamos nunca...

 

 

Volver