Aragon
Musical
Distritocatorce "El Sueño de la Tortuga" Dro East West,
2004.
Por Jaime StereAnt EL SUEÑO DE LA TORTUGA – DISTRITOCATORCE-
DRO EAST WEST
Tiene razón el controvertido Matías Uribe al afirmar que
el último trabajo – el tercero en estudio - de los incombustibles
Distritocatorce no entra a la primera escucha. De hecho, un servidor ha
tardado bastante en asimilar y comprender – tras una dura lucha
interior - que Distritocatorce ya no es una banda de guitarras y que los
impagables solos kilométricos de Francisco Jaraba ya no tienen
cabida dentro de una música más madura y rica en arreglos
de guitarras acústicas y teclados en la que las atmósferas
de introversión y melancolía son la nota predominante. Y
es que estos Distritocatorce ya no son unos chavales y eso tenía,
por fuerza, que quedar plasmado en un rock otoñal de honda raíz
americana muy marcado por la estancia del grupo por esas tierras.
El sueño de la tortuga contiene un puñado de buenas canciones
que penetran en el alma y que amenazan con permanecer allí por
siempre, en lo más hondo. Temas como Frío, Si tuviera un
día más, Valium&Champagne – con la aportación
de Antonio Vega - o La burbuja son auténticos zarpazos de dolor
vital y nostalgia y constituyen un fiel exponente de este nuevo estilo.
Junto a ellas, sobresale la excelente Sunday’s girl, sin duda la
canción más luminosa y roquera del disco y punto de enlace
con discos anteriores.
Por su parte, las canciones se notan muy trabajadas, tanto en lo que respecta
al sonido como a los múltiples arreglos instrumentales. Claro,
que otra cosa no, pero tiempo han tenido para dar y vender, y esto se
refleja en el resultado final: un disco mimado de principio a fin en cuanto
a producción y búsqueda de sonidos, sin olvidarnos de la
magnífica presentación en un atractivo digipack.
Todo ello sin olvidarnos de las letras que evocan, como ya viene siendo
habitual, momentos de la infancia en las calles, de la soledad en la habitación
de un hotel, del amor que se fue, del pasado que no volverá...
Es en este aspecto donde hay que resaltar el papel cada vez más
relevante que la poesía está adquiriendo en los textos de
este errante, rebelde y perdedor que es Mariano Chueca, lo cual dota a
su música de una dimensión aún más lírica
y nos deja pequeñas joyas literarias como Frío, sólo
queda el frío (...) y en un rincón se diluyó mi corazón
/ en el otoño de hojas secas que cubrieron las aceras....
En definitiva, un disco para degustar con calma, dejando que las canciones
se abran paso y crezcan en tu interior. El disco que NUNCA compraría
un fan de O.T.
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